jueves, 17 de junio de 2010

GPS


Sin dudas el GPS es un elemento valiosísimo en el mundo contemporáneo para encontrar lugares difíciles o moverse por otros desconocidos.
Sin embargo, y sin resistirme al avance de la tecnología y las ventajas que propone al hombre progresista, necesitamos darle el uso adecuado.
Me cuesta levantarme y tener que preguntarle a un aparatito adónde voy, que me recomiende un restaurant o un hotel. Pecaré de antiguo si digo que me gusta parar, y perder tiempo preguntándole a la gente qué sitio me recomienda, aún si no saben indicarme com llegar o me lo dicen en forma errónea.
La gimnasia visual y de intercambio con el sitio donde estamos es un estado que quiero conservar. Pero si me subo al auto y lo primero que hago es poner el Geographical Position System, seguro me pierdo de algo.
Claro que en horas de trabajo, cuando el tiempo apremia, o queremos evitarnos algunas vueltas demás, es el insrumento indicado.
Sin embargo, la paradoja se dio ayer, la estaba esperando entre tantos caminos equivocados, mucho menores que los certeros. Con mi amigo Antonio quisimos salir a comer. Como empedernido explorador, aun en el desierto de cemento, hubiera salido a buscar a ojo el lugar más grato, pero hay que saber agradar al compañero. Buscamos un restaurant con supuesto nombre atractivo "Kaptain Orient" en su pantallita despersonalizada du su mundo abstracto, allá vamos, 950 metros desde nuestro punto de partida, a la salida del shopping. Adelante, giro a la izquierda, 500 metros, semáforo, adelante, semáforo, otros 200 metos .... y llegamos .....¡a la entrada del shopping nuevamente!
Tuvimos una segunda oportunidad,
¿qué podemos comer Sr. GPS? Queremos comida oriental.
A "Yo-Sushi". Allá vamos. Ruta normal, llegamos a otro shopping, entramos .... y ¡el centro comercial de la vuelta del hotel!
Inddablemente bien usado da sus satisfacciones.

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